D.V. Opinión
En una columna anterior abordaba lo que debería hacer un recién graduado universitario para desarrollar una carrera profesional exitosa. Pronto muchos de dichos jóvenes avanzarán en sus compa-ñías o crearán sus propias empresas, deviniendo líderes de equipos de trabajo. En similar formato de decálogo, me atrevo a sugerirles a continuación unas pautas de actuación para que triunfen en dicho empeño:
1. Como líder, eres responsable del éxito de todos los miembros del equipo. Liderar no solo significa estar a cargo del grupo, sino proteger a todos los que se encuentran bajo tu mando. Un buen líder no debe pretender ser el más listo de la cuadrilla, antes bien, le importarán los logros y el crecimiento de todos sus integrantes.
2. Practica una escucha activa y empática. La escucha activa significa expresar que entiendes lo que te comunican los compañeros; la escucha empática implica demostrar que entiendes cómo se sien-ten. Presta atención, solicita aclaraciones, repite las ideas que te transmiten y responde sin emitir juicios de valor.
3. Crea una buena relación con tus camaradas. Tómate el tiempo para interesarte por ellos, por sus seres queridos, para conocer sus gustos y aficiones. Periódicamente preocúpate por cómo se sienten en el trabajo y por su grado de satisfacción general.
4. Genera confianza. Tus compañeros te estimarán y seguirán en la medida en que perciban que te preocupas por su situación y desarrollo, sin que antepongas tus intereses personales. Esto no sucede de un día para otro. Pero una vez ganada dicha confianza, estarán dispuestos a concederte el beneficio de la duda, aunque no siempre estén de acuerdo con tus decisiones.
5. Comunícate a menudo con tu equipo y recaba sus opiniones. A todos nos gusta sentirnos informados, especialmente en períodos de incertidumbre. Ello no supone que siempre tengas todas las respuestas ante sus cuestiones, pero es importante que sepan que estás intentando solucionar problemas y que les informarás de los avances. Asimismo, solicita sus pareceres antes de adoptar decisiones importantes que pudieran afectarles, haciéndoles así partícipes del proceso de decisión.
6. Muestra aprecio a tus compañeros. Uno de los deseos más profundos de toda persona es la de sentirse valorada. Esa labor recae fundamentalmente en los líderes, quienes así deben manifestárselo a sus colaboradores. Así mismo, no escatimes en reconocer públicamente su buen trabajo, no te atribuyas méritos superfluos y se generoso en la alabanza, ya que además de merecida, les hará sentirse más implicados con su desempeño.
7. Delega tareas. En puestos de liderazgo debes disponer del tiempo suficiente para enfocarte en las funciones indelegables que son propias de tu nueva posición. Todo lo demás puedes y debes dele-garlo; con el beneficio añadido de que estás dando una oportunidad a otros colegas para que aprendan algo nuevo y se desarrollen profesionalmente.
8. Organiza reuniones eficaces y productivas. Además del componente social de crear vínculos de compañerismo y siempre que no abuses de su número, las reuniones son útiles para alcanzar consensos. Al convocarlas envía previamente una agenda con los temas a tratar, pon un límite de duración razonable (una hora como máximo) y concluye estableciendo un listado de acciones a realizar, designando los responsables de su ejecución. Por último, tras la reunión haz un seguimiento diligen-te del cumplimiento de dichas tareas.
9. Predica con el ejemplo. En todo momento eres un paladín de tu equipo y compañía. Para muchos serás la cara de la firma. El entusiasmo que desprendas con tu liderazgo repercutirá aquende y allende los lindes de tu empresa.
10. Permanece ojo avizor a la búsqueda de talento. Los líderes sobresalientes están atentos a descubrir aquellas personas con atributos para convertirse en la futura generación de dirigentes, facilitándoles además los medios, las oportunidades y el aliento para dicho desarrollo.
Sobre la base de estas recomendaciones y otras que añadas en función de tu experiencia profesional, tendrás que mezclar estos ingredientes para ligar la salsa secreta que mejor se corresponda a tu forma de ser y exprese tu estilo de liderazgo. No tengas miedo de ser tú mismo, sabiendo que, como en todo proceso continuo de aprendizaje y adaptación, irás realizando ajustes en el trayecto para llegar a ser un líder auténtico. ¡Enhorabuena por las nuevas responsabilidades directivas y que la fortuna siga sonriéndote!